São Paulo: 1000 homicidios al mes
Sería interesante que visitarais primero estos enlaces
http://noticias.r7.com/sao-paulo/noticias/morre-seguranca-baleado-durante-tentativa-de-assalto-no-morumbi-20111201.html
(impresionante visión de los edificios residenciales y la fabela de
paraisópolis!)
http://www.youtube.com/watch?v=JXFNM6ZO7qY
(imagenes de un asalto a un restaurant)
Si uno vive en Barcelona, quizás la anécdota se hubiera concluido
con la frase siguiente: qué película vieron anoche? Mientras que, estando aquí,
uno más bien piensa qué es lo que habrá sucedido y de quien lo han oído.
Alambradas electrificadas, de espinos, puertas con doble
seguridad, control de acceso en residencias, escuelas, edificios comerciales,
cámaras de vigilancia por todas partes, porteros de seguridad en restaurantes,
policía militar en cada esquina, puestos de la prefeitura municipal en diversos
puntos considerados calientes, etc, etc, etc.
Con el tiempo, vives en tu burbuja, te relajas, vives un
poco, y de nuevo, algo ocurre, que te vuelve a recordar que no puedes bajar la
guardia.
Puede ser que alguien te cuente que en la rotonda que cruzas
cada mañana para llevar a los niños al colegio fuera en pleno mediodía el
escenario para un asalto a una madre que iba en coche.
Puede ser que te cuenten como se realizan secuestros express
a niños que viven en tu condominio y que iban andando al colegio que hay justo
enfrente, al cruzar la calle.
Puede que leas el incidente que le pasó al hijo de Gallardón
cuando estaba en un atasco.
Puede que te cuenten como atracaron a una familia entera a
primera hora de la mañana, cuando la madre tenía a los niños en el coche,
aparcados dentro de casa, y unos asaltantes la retuvieron a ella y a la hija
mayor, de 7 años, que habían entrado un momento a dentro a por una cosa
olvidada.
Puede que desde tu ventana veas una manifestación de gente
que dice “basta ya” pidiendo más seguridad en tu barrio, donde los secuestros
en restaurantes o los robos a todo un edificio (retienen a los moradores en el
salón del edificio a medida que van entrando y les desvalijan los pisos) y te
preguntes si eso es real.
Recuerdo que los primeros días, al anochecer, me daba miedo
acercarnos a las ventanas. Aún me asusto cuando oigo una explosión y no puedo
identificar si se trata de un disparo o de un coche con mala combustión (cosa
muy frecuente en esta ciudad, donde el parque automovilístico es antiguo).
Te preguntas, podré vivir aquí el tiempo suficiente para que
no me pase nunca nada de todo esto? Tengo que hablar con los niños de la
situación real? O mejor les oculto los peligros?
Si llegamos a un punto medio, creo que es mejor no ocultar
la realidad a los niños parra que puedan mantenerse un poco objetivos con la
realidad de este país.
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