Resulta que los pasaportes expedidos a los menores de 4 años
se les marca una caducidad de dos años.
Otro dato a no perder de vista: los residentes en otros países
deben tener el pasaporte con una vigencia de más de 6 meses, y la renovación se
ha de hacer en el consulado del país de origen en el país donde se reside. No
es preciso tener el DNI vigente si se reside fuera de España.
Más datos: Cuando se solicita un visado de residencia para
otro país (que puede ser más o menos fácil de obtener, con certificados de
penales, viajes a consulados en diversas ocasiones y leer cada día los
requerimientos necesarios para tal fin puesto que estos cambian frecuentemente
y nadie te puede decir con certeza absoluta lo que se requiere o no), este se
adjunta al pasaporte vigente en ese momento, es decir, es una página anexada al
mismo. Este visado tiene inicio y fin, ha de presentarse cada vez que se pretenda
entrar al país para el que fue emitido, en correcto estado de conservación.
Finalmente, decir que una vez se obtiene el visado para un
país y se entra en él, es recomendable, pero no obligatorio, presentarse al
consulado para registrarse como residente en dicho país. Esto da unos derechos,
como por ejemplo, votar o en caso de repatriación forzosa (por ejemplo, por desastre
natural o conflicto bélico) que el consulado sepa de tu existencia y te
mantenga informado. Repito, hay que presentarse personalmente, ya que no hay
ningún paso (ninguno, aunque parezca mentira en pleno siglo XXI con toda la tecnología
al alcance) que sea automático.
Bien, ha quedado claro lo anterior?? Pues aquí va el relato …
Resulta que de nuestros retoños, 3 de 4 tenían menos de 4
años cuando se renovó el pasaporte cuando preparábamos nuestro viaje a Brasil.
Evidentemente, la más pequeña tuvo que hacerse el DNI en algún momento desde su
nacimiento a la fecha de salida del país, es decir, con menos de dos meses…
Supongo que imaginareis que no es muy fácil hacer una foto para pasaporte a un
bebe de 10 días (entre otras cosas, la ley exige que la foto de la persona a la
que se le va a expedir documento oficial debe mostrarla con los ojos abiertos,
cara despejada y solamente a la persona, ni brazos, ni manos de nadie que la
sostenga…. )
Sabiendo esto, teníamos presente que debíamos renovar los
pasaportes de los dos medianos antes de regresar de estas vacaciones este julio,
así que en mayo empezamos a mirar como renovar los pasaportes desde aquí y
nuestra sorpresa fue que no habían fechas disponibles antes de nuestra marcha,
así que si o si, debíamos hacerlo desde Barcelona.
Una vez en Barcelona, pedimos cita previa a través de la web
del ministerio (http://www.citapreviadni.org)
la cual conseguimos para el miércoles anterior a nuestra marcha, en una
población a 40km de nuestra casa (era lo que más cerca y más pronto podíamos
aceptar, así que allí nos fuimos). Como teníamos que renovar dos pasaportes,
teníamos dos números de cita, a las 10:00 a.m, así que despertamos a los retoños
(que aún sufrían un poco de mañanitis veraniega) y nos los llevamos medio
dormidos, con el desayuno en un tupper y nada más, hacia allí. El plan era
renovar pasaportes y tomar un café con una amiga que reside en la población
donde íbamos a renovar los pasaportes, para luego volver a casa a comer y
quizás, a tiempo para un bañito en la piscina… que ilusa
Llegamos al centro en cuestión. Esperamos turno. Nos llaman.
Vamos a la mesa indicada.
Una señorita estirada nos pide los pasaportes a renovar y nos
pide los DNI de los niños. Mi costillo me echa una mirada de: ostras es verdad,
que hay que presentar los DNI para renovar pasaportes (tachán! Recordáis el
párrafo donde os indicaba que los residentes fuera del estado no deben tener su
DNI vigente?? Eh que si?? ) … Los entrego y oh! Sorpresa! (incómoda) El DNI del
mediano está caducado…. Bien, no pasa nada, hay que renovarlo simplemente y
luego hacer el pasaporte… Y ahí empezamos la “discusión” o “intercanvio no
amable de información”…
A resumidas cuentas, porque fue largo, doloroso, triste,
patético, surrealista.
1.
La señorita en cuestión, alegando a sus mas de
20 años de experiencia, nos dice que deberíamos renovar los pasaportes en
nuestro lugar de residencia, puesto que si se renuevan en España se pierden los
“derechos consulares” (leer estas últimas palabras con entonación tétrica).
2.
Le pregunto que son los derechos consulares, y a
día de hoy, todavía no se a lo que se refiere… sólo puedo deducir, aunque de
deducciones o suposiciones no se gana ningún juicio.
3.
Alega que al recibir la visa para la residencia en
un país, automáticamente esto implica quedar dado de alta en un consulado… El
costillo se limita a decir varias veces que no, contundentemente con la cabeza,
pero la señorita en cuestión, lejos de escuchar nada, se limita a ponerse
nerviosa y a elevar el tono de voz, mientras va renovando el pasaporte de la
mediana, que si tiene el DNI vigente.
4.
Mientras hablamos de lo necesario para renovar
el DNI del mediano, para lo que hace falta o bien el libro de familia o bien un
certificado de nacimiento (emitido por el registro civil donde se realizó el
registro), la señorita en cuestión, con unas tijerazas de dos palmos, por lo
menos (lo que hace la mente humana
cuando está segregando adrenalina, que lo exagera todo) realiza un corte en las
puntas del pasaporte, lo cual hace que el costillo reaccione bruscamente y le
haga notar a la señorita funcionaria que no ha ido con ningún cuidado y que
espera que la visa esté intacta
5.
Aquí reconozco que menda lerenda se puso muy
preocupada y exigí que me explicara que eran los derechos consulares y que no
me estaba informando.
La verdad, es que todo era surrealista… Si nos quejamos de
la burocracia que hay en Brasil, la prepotencia que gobierna entre algunos
burócratas del estado es de juzgado de guardia.
La señorita en cuestión se negó a informarme, repitió mil
veces que me había dicho ya todo lo que me tenía que decir y que ya era mi
problema saber resolver el asunto, y se cerró en banda… No sólo se me quedó
cara de tonta, si no que hay que sumar que vino una compañera, la cual escuchó
a la señorita, no nos pidió nuestra opinión y se pusieron las dos a recordarnos
que 20 años de experiencia la avalaban, sin más.
Así que, cuando un policía se acercó a nosotros (los niños
ponían cara de póquer al vernos tan alteraros, la beba andaba liándola entre
nuestras piernas y todos nos miraban con cara de incredulidad) invitándonos
claramente a salir del lugar, el costillo, resignado a salir de ahí sin el
pasaporte del mediano, intentó ser informado por la misma señorita
todo-lo-se-yo-que-trabajo-aquí-hace-más-de-20-años como proceder para conseguir
el DNI y el pasaporte, a lo que contestó que ya nos apañaríamos, pero que no
había cita ni nos iba a atender, puesto que nuestros números eran para
pasaporte y no para pasaporte y DNI.
Toma ya! Como se te queda el cuerpo?
Salimos indignados, ultrajados, yo me sentía maltratada y
abusada! Cómo puede ser que unas personas que realizan unas tareas
administrativas, que son exigencias burocráticas y no caprichos de los
ciudadanos, tenga tanta prepotencia?? Es más! Se supone que alguien los pone
ahí, cobrando un salario, para facilitar estas tareas, y no complicarlas!!
Asustados y muy preocupados, nos dirigimos a registro civil,
con la criançada toda, hambrienta y sedienta, en Barcelona. Por suerte, a medio
día teníamos el ansiado papel, así que llamamos para pedir de nuevo cita previa
en algún lugar, a ser posible, a menos de 400km de casa… y bueno…. Negándonos a
ir a Calatayud, decidimos presentarnos en la comisaría de Trafalgar, la única
en Barcelona que sólo cierra una hora a mediodía.
Nerviosos y muy preocupados, con el piloto automático
puesto, nos dispusimos a hacer cola en plena calle, con muchas otras personas
que, como nosotros, estaban esperando que
la suerte nos premiara con un número para poder realizar el dichoso trámite,
mientras mi mente daba mil vueltas a un plan B, en el caso de que no lo
consiguiéramos: retrasar nuestra marcha? Que el costillo y el mayor volaran y
yo me quedara con los pequeños? Uff uff… que angustia!
El maromo me dejó en la calle, guardando turno, mientras él
y el “afectado” entraron dentro para pedir información. Estuvo allí más de 20
minutos eternos, en los que tuve que
explicar diversas veces que al terminar iríamos a comer, que no, que no tenía
agua ni patatas, que si, que ya terminábamos y nos íbamos… y venga a mirar la
interminable cola que teníamos por delante y por detrás….estaba claro que no
nos cogían antes de cerrar al medio día y la idea de quedarnos haciendo guardia
hasta las 19:00, sin tampoco garantías de conseguirlo me provocaban arcadas por
el vértigo de la incertidumbre…
Tardaban demasiado, eso era evidente. Mentalmente me
imaginaba que era por que le estaban haciendo los papeles, aunque mi parte
racional se reía a carcajadas de sólo pensar que fuera tan fácil, sobretodo
después de la intransigencia demostrada por el personal de la comisaría
anterior…. Aún me retumbaba en la mente la injusta sensación de indefensión
vivida tan sólo horas antes…
Finalmente, aparece el padre de las criaturas, y por unos
infinitos segundos, me espero verle la cara de “no hay nada que hacer”, pero en
lugar de eso, me hace un gesto de que abandone la fila y vaya con él.
No le insisto mucho, aunque intento que me explique que ha
pasado, y casi inmediatamente, nos hacen un gesto para que nos acerquemos a una
mesa. Sólo me dice que si le quiero mucho, y me dedica una sonrisa de
complicidad J
Aunque esta vez decidimos no decir nada de la residencia en
Brasil, porque parece ser que eso estresa a la gente, seguimos
inconscientemente tensos, mientras empezamos a dar todo lo que la señorita de
la mesa nos va pidiendo.
Indescriptible la sensación de descanso y desahogo que nos
va invadiendo mientras esta persona nos va atendiendo. Nos pide amablemente lo
que va necesitando, mientras les dirige miradas dulces y palabras amables a los
niños, que a estas alturas están muy nerviosos. Nosotros vamos abandonando la “zona
de tensión” y nos vamos relajando… Poco a poco vamos viendo que quizás si sea
posible renovar los papeles y poder coger el avión de retorno.
En pocos minutos, nos insta a esperarnos en otro lugar de la
comisaría para que salga el pasaporte, después de pedirle con dulzura a mi hijo
si sabe escribir su nombre y poner las huellas dactilares en el scanner. Qué
sensación! Vaya diferencia!
Durante la espera a que salga el pasaporte, le pregunto medio
entre dientes como se lo ha hecho y me explica que tras contarle toda la situación
al policía de la puerta, y este explicarle educadamente que debíamos hacer
irremediablemente la fila, como todo el mundo, este se apiadó y nos llevó a
hablar con otra persona, la cual le escuchó y finalmente nos dio un número de
los reservados para los no residentes… brutal!
La verdad, no se, porque no es de nuestra incumbencia,
cuantos años de experiencia tenían las personas que nos atendieron en
Trafalgar, pero lo que si que se es que tenían mucha más experiencia en humanidad
y trato respetuoso que la señorita que nos atendió horas antes.
Cuando finalmente tuvimos en la mano DNi y pasaporte y
pudimos marchar, al salir a la calle no pude evitar sentir la fatiga típica que
aparece tras segregar adrenalina durante mucho rato. Tan contentos con nuestros
papelotes, nos fuimos a festejarlo con una buena pizza! Que el que no celebra
las pequeñas cosas de la vida será porque no quiere J
Ah! Y todo fue estupendo a la entrada de inmigración! Sigo sin
saber que derechos consulares habremos perdido, léase con ironía…. Lo que si
se, es que me he quedado con las ganas de ponerle una queja a la señorita en
cuestión, que todo sea de paso, cuando le pedí que se identificara, se negó a
hacerlo… Que le vaya muy bien los próximos 20 años, si señor…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada