Bueno! He estado unos días sin escribir! Pero no ha sido por voluntad propia... Hemos pasado un "bache" virusil que me ha mantenido "más ocupada" (y cansada) de lo habitual... y mi escala de prioridades se ha invertido un poquito (comer y dormir han sido mis objetivos principales, en cuanto he tenido tiempo, manos y la ocasión para realizarlo, que no ha sido ni mucha, ni fácil)
Empezó lunes por la mañana.... mi repeque se despertó febril, aunque contenta... Suele ser una nena con un sistema inmunológico que sobre-trabaja y exagera toda reacción a cuerpos extraños (en esto se parece a su hermano mediano) así que no es extraño que pase un par de días con la temperatura por encima de la media, pero sin llegar a ser ni preocupante ni que le afecte a su estado de ánimo... El día avanzó, y lo que era febrícula acabó convirtiéndose en 39,3 y probocándole un estado de irritabilidad y somnolencia profundo, agravado con alta demanda y sobre aparición del comúnmente denominado síndrome de madre aguda (o mamitis).
Soy de esas madres que, y supongo que tras tener ya 4 hijos que me han hecho pasar por diferentes experiencias de menoscabo de salud (con visitas a urgencias de diferentes hospitales, ingresos de larga duración y conocimiento de distintos pediatras) ni me asusto a la primera, ni medico con lo que la vecina del quinto me comenta que a su hijo le fue bien, ni me amedranto bajo las influencias de quienes (con todo su amor incondicional sobre nosotros) me transmiten sus miedos: hay nena! No dejes de vigilarla!
Ya cuando tuve a mi primer retoño mi abuela me confesó (ella tubo tres hijos, pero viene de una familia de 7+1 hermanos, así que ha experimentado de todo, incluso una meningitis en su infancia, que ya os podéis imaginar que por "aquellos-entonces" poco se sabía y se podía hacer) que a lo que más miedo le tenía era a un niño con fiebre, y sin causa aparente...
Y tiene más razón que un santo! Yo me mantengo firme ante la fiebre cuando puedo asociar la causa que la produce. La fiebre no es más que una respuesta inmunológica de un cuerpo sano a algún agente externo que se "ha infiltrado" entre sus trincheras y se está haciendo fuerte con el control... Así pues, la fiebre intenta "freír" al enemigo, para debilitarlo y acabar expulsándolo de alguna manera, normalmente, a través del sudor o de la orina... Así que, como persona "científica" que me considero, no doy anti térmicos a la primera de cambio, para dar la oportunidad al cuerpo de "reagirse" por él mismo de lo que le acontece... hasta cierto punto, claro! Si el niño está muy quejoso o la fiebre sube mucho, hasta ahí podemos leer!
Y esto es lo que sucedió la noche del lunes al martes... La repeque se puso a 39,3 a la hora de acostarse, así que sacamos el dalsi y el apiretal y nos dispusimos a pasar la noche " se pueda"...
Ahí mi seguridad de control, debo reconocer, empezó a soscabarse... fiebre, pero sin causa aparente... mmmmm... pensé en mi abuela... Deberíamos llevarla al Einstein? Uff.. difícil decisión a esas horas... logística complicada... Nenes durmiendo = sólo uno de nosotros dos puede ir al hospital... y como la repeque está con LM, ese "uno de los dos" irremediablemente me convertía en "volunteer to be Arthur" como decíamos en clase de inglés de 2 año (broma dedicada a todos aquellos que sufrimos al hermano mal-apodado por los alumnos, "el chanclas", durante la carrera de informática (que malos somos cuando somos estudiantes... je je je) Pues eso! No me hacía gracia que el padre de las criaturas saliera por Sao Paulo a las 2 de la madrugada, pero mucha menos gracia me hacia tener que ser yo, que tengo pánico a ir con el GPS sola a un lugar donde nunca antes he ido.. y más si es de noche, cuando mis instintos quedan anulados. Además, ir al Einstein significa tener que enfrontarse quizás a pruebas invasivas e innecesarias, ya que de ese hospital 8considerado de los mejores) no sales sin tener diagnosticada tu dolencia, y si para eso hace falta 2 resonancias, una punción lumbar y tres exudados, pues eso.. Era necesario todo aquello en ese momento? Quizás no...
Por suerte en mi fb tengo acceso a "El pediatra de mi hij@" al que se le puede postear dudas y te responden amablemente pediatras, otros profesionales de la salud y madres :) Así que me quedé más tranquila comprobando que nuestra postura "conservadora" de no llevarla precipitadamente urgencias era compartida y sensata.
Algunos cuantos paños de agua fría en la cabeza y masajes de colonia después, tras jugar con todas las pulseritas de colores que tengo en la mesilla de noche y ponérselas a su elefante de peluche (y a ella en los tobillos, como si fueran sonajeros improvisados) conseguimos bajar la fiebre a niveles de febrícula, se calmó y se durmió... y yo con ella...
A la mañana siguiente, yo no podía con mi alma por el cansancio de dormir a penas 4 horas... pero a la fiebre esto no le pareció excusa, así que volvió a subir, en todo su esplendor... ahí ya mi seguridad de estar haciendo lo mejor llegó a su límite y nos fuimos para urgencias: yo desde casa, el padre desde el trabajo...
Por mi sorpresa, llegué fácilmente al hospital y una vez más, comprobé que este país es otra cosa... Llegas a la puerta mismo de "pronto socorro" y te recibe un motorista, te bajas y el te aparca el coche, mientras otra señorita te lleva hasta la puerta mismo de urgencias.
Cómo todo sistema médico de pago, aprende de "lo americano" así que lo primero-primerísimo, es pasar por administración, entregar tarjeta de "convenio" y derivarte a triage.
De triage ya sales con un número de identificación, que equivale al orden de llegada, da igual para que vengas, si adulto o infantil, si para cirugía o para consulta, es tu número y te acompaña toda la visita. Con el triaje ya hecho, te vas a otra sala, donde te "cadastran", y ya con eso último (para lo que has de entregar casi-casi la tarjeta de woman secret, calzedonia, casa y textura como documento identificativo de tu persona, pasas finalmente a la sala de espera.
Cómo me fui pitando de casa, cogí lo primero que alcancé con una mano, que consistía básicamente en :
- mini-bolsa (gentileza de nenuco y de alguien que me regaló un kit de higiene cuando nació la nena) con dos pañales, loción limpiadora sin aclarado para bebes mustela, afterbite infantil y adulto (¿?¿?), dos piezas de lego, el señor obrero de lego, el termómetro, un brik de suco de soja con laranja, el dalsi, el apiretal,
- un jersey para la repeque y
- las tarjetas sanitarias para toooooooooooooda la familia
- el librito del niño sano de la repeque
- botellita de colonia refrescante
Poco sabía yo a esas alturas que no iba a volver a casa hasta la 1 de la madrugada del día siguiente y que con eso debería sobrevivir el resto del día....
En urgencias nos atendieron enseguida y tras la exploración de la peque, en la que no se encontró nada, llegó la pregunta... Quién es su pediatra?? Ah! Amigo!!! aquí no se es nadie si no se tiene UN pediatra (como en gaston y daniela, sin estilista particular) así que, como ya lo sabemos, damos el nombre del susodicho y esperamos la reacción...
Y es que nuestro pediatra es mucho pediatra!! Es EL pediatra por excelencia de las instituciones (privadas y públicas) ya que a parte de tener consulta privada de tardes, trabajar dos mañanas a la semana en el Einstein y el resto de días en hospitales públicos donde hace voluntariado... este PEDIATRA tiene los codos pelados de experiencia, sensato como los que más (al trabajar en el servicio popular, no anda martirizando a los niños con pruebas funestas si no es necesario, por muy caras que sean esas pruebas) y además, media plantilla hospitalaria de pediatría ha pasado como aprendiz por sus manos... Así que, nadie toma una decisión sobre nuestros niños sin antes llamar a consultar a nuestro pediatra, que él de el visto bueno y ellos se sientan satisfechos por "haber cumplido las expectativas" de su maestro! Gran elección, sin saberlo, por nuestra parte! Pero si alguien necesita pediatra en SAMPA, que me pregunte :)
Total, salimos de urgencias, con visita programada con nuestro pediatra para el día siguiente, un montón de dosis (y cajas de jarabe) de dipirona y un mejunje paracetamolieido pero con marca brasileira, que aquí recetan... Que el dalsi está muy bien, pero que eso del "epiretal" que usamos allí pues no saben lo que es... ala! Antes de salir por la puerta, pero, nos hablaron que lo siguiente , si la nena no mejoraba en un par de horas con respecto a la fiebre, era realizar una analítica para descartar la infección de orina... Que en la edad de nuestra beba no se realizan análisis de sangre por rutina, porque suele ser muy molesto para ellos, así que, a la espera de "por donde" sale la causa de la fiebre, aurevoire y ya nos vemos...Eso si! Hicimos una placa de tórax "in estremis" para descartar infección respiratoria, la cual salió estupenda y nos permitió comprobar que este hospital está a la altura de nuestras expectativas como padres: nos dejaron entrar a los dos a la sala de rayos X, para calmar a la peque y ayudar a realizar la placa y comprobamos también que por muy bebe que sea la paciente, las medidas de protección a la radiación se respetan (andaba yo preocupada por su nuevo aparato reproductor, lo que son las cosas... mi niña con fiebre y yo pensando en su muy futuuuuuuuuuuuura edad reproductiva :p)
Saliendo de allí, me dio tiempo a pasar por starbucks, comer un sándwich, comprar tres panes de queso para la merienda de los nenes, un muffin de parmesano (mmmmm!!! muffin de parmesanoooooo!), un suco de uva y un café com leite (em chicara grande) y ala... para la reunión del mediano.... Eran las 14:30
La reunión, la verdad, dadas las circunstancias, debí cancelarla, porque la beba estaba por el arrastre, por mucha dipirona y paracetamol-brasileiro-mejor-que-el-que-le-damos-en-casa.... pero hubiera sido la 3a vez que cancelo la mencionada reunión (por motivos distintos, claro), pero me pareció que ir a casa, para luego volver a por los nenes quizás era demasiado trajín también para la beba, así que decidí ir.
La reunión en si no permitió mucho, la verdad, porque la beba hasta que no se durmió, estuvo intranquila, yo dando teta, (eso no es nuevo en esas salas de reunión, pero para estas profesoras quizás fue algo impactante la escenita, ej je je) Deben estar acostumbradas a padres super puestos, guardando incómodas y extremas composturas de apariencia de normalidad, y llego yo, con la beba enferma, quejosa y dándole de mamar, mientras hablo en mi "portuñol" particular expresando mis profundas preocupaciones sobre mi mediano... No estuvimos más de media hora, lo cual nos dejó una hora de espera en el coche, porque no me daba para ir a casa y volver a buscarlos de nuevo.
Estando en el coche, de nuevo sube la fiebre, a lo bestia, así que llamo a mi pediatra y decidimos llevarla de nuevo al Einstein para realizar la analítica de orina, finalmente.
Claro que ahora la cosa ya no era tan fácil como por la mañana, puesto que tenía a las tres fierecillas domadas fuera de la escuela.... mmmmm Bueno, pensé, sobreviviremos... es lo que hay....
Cuando se está lejos de la familia, estas cosas pasan, es inevitable. Tarde o temprano nos vemos con la necesidad de ir a urgencias por uno de los miembros, o por nosotros mismos! Que eso a veces también nos puede ocurrir (aunque se nos olvide por completo o ni si quiera nos atrevamos a considerar esa posibilidad)... y que hacer entonces??
Para estos casos, sinceramente, tenemos pensadas (con la boca pequeña) varias alternativas, pero siempre bajo la coletilla de "en caso de ser muy grave, llamamos a tal o a pascual"... siempre pensando en que solitos nos bastamos y que saldremos del bache... pero a veces eso no es posible o simplemente no es lo conveniente....
Una mami de la escuela (a decir la verdad, dos mamis super empáticas a las que doy las gracias por ya no sólo el ofrecimiento en este caso, si no por muchas otras cosas de las que no tienen precio) se ofreció a quedarse con los nenes, a la espera de que el padre apareciera por los lares, así yo podía ir más directa al tema.... Cómo vive muy cerca de la escuela y su casa está de paso del hospital, cedí, rindiéndome quizás a la innegable realidad de que mis hijos iban a estar más tranquilos allí (y a salvo de agentes patógenos que acechan en las salas de espera de los hospitales), pero también pensando que sería un pis pas como nuestra visita de la mañana... suerte que se fueron con ella y pasaron un rato agradable jugando con sus hijos, porque a mi me esperaban 8 horas de estancia hospitalaria....
Para ahí que me fui pues, me cadastraron "de novo" y me atendieron en visita con bastante rapidez, la verdad... pero luego me pasaron a la sala de medicación, para tomar la muestra del exudado de la garganta para comprobar si era virus o bacteria lo que a mi hija le habían encontrado, por fin! Y realizar la toma de muestra de orina, ya de paso, tras, como no, consensuar nuevamente con mi pediatra vía teléfono la actuación a seguir dadas las nuevas "pesquisas" realizadas....
Y ahí estuvimos el resto del tiempo, porque mi hermosa princesa había empapado las "fraldas" a gusto hasta ese momento, pero después cerró el grifo y no hubo manera de cogerle la muestra de orina por métodos convencionales, esto es: higienización de la zona, colocación de la bolsita y espera de 40 minutos, tras los cuales, volvemos al principio de las acciones, higienización, colocación, espera... así por tres veces... conclusión, compartí espacio con muchas familias que se pasaron por allí durante ese tiempo...
Ya a esas alturas, mi nena iba en pañal, con fiebre de 40, mojándole la cabeza, nuca y cuerpo con la colonia, soplándola para bajar la dichosa temperatura, que iba tomándole yo misma con el termómetro... la gente me miraba un poco "raro" ya que ellos ni traían termómetro, sus hijos con fiebre alta iban con chándal (en serio! Con chándal! Pijamas de invierno! Con mantas!! en Brasil! A las 4 de la tarde!) yo sufría por esos niños con sus fiebres y sus madres tan pasivas... será que no tenían una abuela que les había contado lo mala que puede ser la fiebre para sus pequeños cerebros e hígados??
Y en eso estaba yo, dudando si contar cuatro verdades a alguna que otra o mejor me lo guardaba para mi, que apareció un matrimonio con dos hijos, hablando con las enfermeras en inglés (ya esto era raro) pero cuando los oí hablar en catalán!! madre mía! Que ilusión! Algo te une, algo te hace estar más cercano a esa persona, aunque dudas si te vas a inmiscuir, pero inmediatamente, cuando alguien habla tu lengua, como que te sientes movido a preguntar, a ayudar a... no se!
En estas llegó mi marido y empezamos a hablar con ellos! Llevaban poco más de un mes viviendo aquí y da la casualidad que viven en nuestro mismo condominio y que mi marido sabía quienes eran (22 millones de habitantes en SAMPA, miles de expatriados de docenas de países, y mi marido sabía quienes eran, brutal...)
Estuvimos charlando un rato, compartiendo las informaciones rápidas y básicas comunes: de donde sois? Cuantos hijos? Donde trabajas? Donde vives? Que escuelas tienen los niños? Conoces a tal o a pascual?...) la verdad es que son escenas surrealistas que parece que no pueda ser... como de repente te acercas a un extraño y sientes la necesidad imperiosa de ayudar o de ser ayudado, de hablar y compartir miedos o experiencias, sólo por que te une el lugar de origen, los mismos miedos o necesidades! Es difícil de explicar! Lo que hemos recibido aquí a nuestra llegada, al ser nuevos, por parte de personas que llevaban tiempo aquí, y que ahora tu hagas lo mismo, movido por los mismos sentimientos de gratitud que sentiste cuando fuimos ayudados... Es muy bonito sentirse parte de este círculo positivo: yo te acojo-tu me acoges...
Nos intercambiamos teléfonos y mails. Ellos se fueron, y nosotros nos quedamos...bueno, me quedé yo, porque a este paso ya llevábamos un par de horas con los niños en casa ajena y el padre de las criaturas fue a por ellos... Cogerían un McDonald y me esperarían en casa para cenar... ilusa de mi...
A las 21:00 mi niña seguía sin hacer pis en la bolsita, yo había dado cuenta del muffin "para emergencias" que había comprado al mediodía y mi zumo de uva era historia... Seguíamos en la sala de medicación las mismas madres con hijos en tres butacas estratégicamente colocadas, donde podíamos dejar paso de entrada y salida a los que tenían más "suerte" que nosotras y con inhalaciones de oxígeno apañaban las dolencias de sus mocosetes... Vi entrar y salir al turno de enfermeras, me tragué toda la programación de discovery kids y aprendí como se realizaban los cambios de gotero, exudados y suministración de medicación de todo tipo...
Por fin alguien decidió que debíamos tomar la muestra por sonda, así que nos movimos al box continuo para realizarla... Ains! Que mal trago! Aunque fue peor la espera y la preparación que lo que realmente le hicieron (comparado con mi mediano, el pobre, esto fue coser y cantar! Si es que aún le voy a tener que agradecer que me haya curtido tanto para que ahora no me lo tome tan a pecho)... La verdad es que la beba lo pasó peor por la situación en si, que por la sonda misma. En un plis plas se la pusieron, tomaron la muestra y ala! Para la sala de espera! Por fin aire renovado (que no puro!) ... y dos horas de espera más...
Vimos entrar y salir muchas familias, y lo peor era ver que llevaban la cena a cuestas... Yo estaba allí, con la beba a colo, sin poder ni ir al baño, sufriendo a los malvados y depravados hijos de los demás (principalmente padres con o sin baba, que deben pensar que la zona de brinquedos de la sala de espera debe ser lo mismo que un parque de bolas y que, por lo tanto, los salvajes de sus hijos pueden armarla mientras ellos siguen haciendo-no-se-que con los ipads... cuando uno de esos salvajes de menos de un metro armó tanto alboroto que despertó a mi beba, quien a grito pelao se despertó de mal humor, me entró una sensación de impotencia... args!!! se que son niños y que hay que aceptar varias cosas pero... estábamos en la sala de espera de un hospital... y nadie ponía orden! Muy mal no debían estar si podían gritar, saltar y zumbarse como posesos... vamos... no se...
Yo ya no sabía donde meterme. Durante las horas que pasé allí no me senté mucho, la verdad, y recorrí cientos de veces los mismos 3 metros hacia delante, tres metros hacia atrás... desesperada yo, desesperada la beba, quien tenía unas ganas brutales de echarse en la cama y descansar...
De nuevo tuve que echar mano de jarabes, colonia, termómetro que me había traído de casa en mi improvisada mochila de supervivencia para "un día en urgencias" y así pude calmar a la peque por la subida de fiebre y calmarme yo, por poder ser autónoma y no tener que esperar que una enfermera me diera el "coctel de fármaco" milagroso... otra vez, me miraban mal... donde va esta con la beba en pañales, dando dalsi, poniendo termómetro y leyendo con el iphone?? un bicho raro..
mientras lentamente pasaban las dos horas que se precisaban para la analítica de orina, me dediqué también a estudiar a los que estaban allí... A partir de cierta hora, los niños llegaban a urgencias ya en pijama, iban descalzos por el suelo de los boxes (que por muy limpio en apariencia que pueden estar, yo no me fío ni un pelo de la salubridad de los mismos), con sus mantas infantiles y algunos incluso con sus cojines de casa, para poder dormir en los sofás. Los padres, con traje, blackberry y ipad, las madres, la mayoría con pendientes y abalorios brillantísimos, perfumes carísimos ropas "urban"... y algo que me llamó mucho la atención... Aquellos que si llevaban zapados (madres, padres y algunas crianças)... las suelas estaban impolutas... vamos! Que no habían pisado mucho la calle...
Eso me hizo pensar en los hábitos de estas personas... de casa, al coche, del coche, al lugar donde se quiera: centro comercial, escuela, oficina... donde otras muchas personas también asisten, con los mismos hábitos... es decir... nadie pisa la calle!!! bueno... mis zapatos han recorrido muchos kilómetros, así que al igual ellos pensaban lo contrario de los míos... nuse...
Finalmente, a las 12:00!!! nos "liberaron", como llaman aquí, sin infección de orina y con anti térmicos, pues el exudado concluyó que es un virus y no una bacteria lo que molesta a mi niña... y para casa...
Recuperé el coche en el tercer andar y con gracias a la memoria fotográfica logré llegar a la gronchi, porque el GPS últimamente pasa bastante de sincronizarse con los satélites (para que?? debe pensar que no me espabilo) y llegué (bueno, lo que quedaba de mi) a casa...
ni que decir tiene que devoré lo que antaño había parecido una jugosa hamburguesa con patatas fritas del McDonald, aunque a esas horas, y recalentadas, ya no fueran más que grasas, proteínas (escasas, lo se) y colesterol sólido... pero que le vamos a hacer.. no daba para más.
Mi prole, dormía en la cama, y la repeque, tras un baño reconstituyente, se abandonó a morfeo, felizmente...
Lo mejor del día, llegar a casa sabiendo que la beba no tiene nada grave (adiós a mis miedos de meningitis traidoras que vienen a alimentar mis miedos), entrar en el cuarto donde duermen los niños, sentir que descansan plácidamente, y que uno de ellos se despierte, te mira y sonría, felizmente, haciéndote saber que está contento por que ya estás en casa :)
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