Sábado por la mañana, con sueño y mucha "mandra", cansados de tanto madrugón y tantos ires y venires.... A partir del miércoles yo ya empiezo a dudar, cuando suena el despertador, de qué día realmente es! será sábado? siempre pienso... aunque alguna sensación de responsabilidad me dice lo contrario, que mejor mire el móvil para comprobar que día-hora es y así evitar que todos lleguemos tarde a nuestros destinos.
Los fines de semana son nuestras válvulas de escape. Hay quien los vive como la oportunidad de poder descansar y reponerse de la fatiga física y mental que supone vivir aquí (sobretodo con niños), después de llenar la nevera en el súper (y gracias que abren en domingo y uno puede escoger que es más urgente, si reponerse o reponer la nevera... :)
Sábado-domingo brindan la oportunidad de hacer algo diferente al resto de la semana (que normalmente suele ser, coger el coche e ir al trabajo/escuela, tras invertir tiempo estúpido en la marginal), y poca cosa más antes de acostarse para prepararse para el siguiente día. Eso un día, otro día, y el siguiente, deseando que llegue el fin de semana, descontando días para navidad o para julio o para que algún familiar te venga a visitar.. Una semana y otra semana... args!! de locos!!
Hay quienes:
- viernes tarde/noche cogen el coche con la familia, tardan 4 horas de atascos para salir de la ciudad, y 4 más para regresar el domingo, con tal de pasar dos días fuera de la ciudad
- entran en el condominio el viernes y no salen hasta el domingo
- planean salidas con la familia, museos, acuarios, actividades... para así contentar a todos los miembros
- pasan las tardes en centros comerciales
- se relajan con la vida social de sus hijos, léase, asisten a cumpleaños
- hacen piña en su "tribu" y se reúnen para comer, merendar o cenar
Pues bien! nosotros hemos hecho todas esas cosas, según la ocasión! Y hoy vuelve a ser sábado de cumpleaños! Mi niña mediana está invitada a una fiesta y, aunque me considero una antisocial para estas cosas, hemos decidido asistir porque creo que le puede hacer mucho bien estar un ratito con sus compañeros de clase, fuera del cole. Hemos comprado el regalo para el niño en cuestión (ni si quiera ella me ha sabido decir quien es ) y aunque rompe mis esquemas (no considero que sea lo más apropiado para una familia de 6 miembros asistir en pleno a un cumpleaños) iremos para que ella disfrute, y a la vez, nosotros hagamos vida social. Ya os contaré que tal! El cumpleaños es de 13:00 a 17:00 ... aunque no creo que estemos todo ese tiempo! po-dió-po-dió!
Me he quedado con las ganas toda la semana de contaros algo que nos sucedió el sábado pasado, después de ir al acuario. Estábamos invitados a una fiesta de cumpleaños de uno de los cinco hijos de una familia chilena con la que hemos congeniado aquí! Para nosotros, todo un placer poder compartir con ellos estas celebraciones! Guauuuuu! y personalmente, me siento muy afortuada por poder hablar con una mamá que tiene (por una vez!) más hijos que yo! y mayores que los míos, con quien puedo sentirme más identificada y preguntar mis dudas a cerca de la crianza numerosa hoy en día.
Pues bien! otro día hablaré de la gente que hemos encontrado en esta aventura, con quienes compartimos aquí el día a día, penas y alegrías, pero avanzo que nos encontramos con una diversidad cultural y intelectual BRUTAL! así en mayúsculas! El sábado pasado, en casa de esos amigos, alrededor de TRES mesas distintas (la de los niños en la cocina, la de los hombres en el salón y la de las mujeres en el comedor! ja ja ja!) entendí el siguiente mensaje: Esto es lo que esperaba de nuestra expatriación! sabiduría, compartir experiencias, realidades distintas! aprendizaje de vida! sin más! A qué me refiero?
Éramos chilenos, argentinos, españoles (y catalanes :p) todos juntos, con nuestros niños todos revueltos, hablando un mismo idioma, el del juego! disfrazados, montando piezas, aprendiendo a andar, jugando a la nintendo... daba igual! se usaba el idioma de la diversión! Me sentí super feliz ver como los niños saben disfrutar de todos los momentos! y eso que con algunos era la primera vez que se veían! daba igual! todo sumaba!
Los adultos, más de lo mismo! Con acentos diferentes pero con el mismo propósito! hablar y escuchar! contar experiencias de su vida y aprender de la de los demás! Quien no hablaba de cuantos años estaba aquí, hablaba de los años que hacía que vivía allí! Se habló de aventuras en tierras lejanas, pueblos que ni aparecían en los mapas, carreteras recorridas hasta el fin del mundo: Patagonia, Ushuaia, Buenos Aires, Santiago de Chile, glaciares, Estambul, palacio de Top Capi, terremotos, gastronomía, frío y calor intenso... todo eso, acompañado de buena bebida (de importación por supuesto!) y buena comida.... Guauuuuu!! tenía tantas cosas que escuchar! tanto que aprender! tanta curiosidad! Estaba con gente que jamás creí poder tener a mi alcance! oyendo directamente de estas personas historias que me transportaban a mi infancia, el mismo sentimiento que tenía cuando de la boca de mis abuelos oía relatos que me transportaban en el tiempo, pero esta vez, en el espacio. Lugares que me encantaría visitar, comidas que me encantaría probar, personas que me encantaría conocer! Esta es la parte más enriquecedora de esta aventura: el crecimiento personal!
Y donde fueres, haz lo que vieres, así que otra cosa a destacar es la espontánea formación de corrillos que se suelen hacer en estas situaciones: hombres a un lado, mujeres al otro! No te das cuenta que de repente ves que es así. Ellos hablaban de trabajo, trabajo,, trabajo... su realidad, supongo, que los lleva a la necesidad de compartir estos temas, junto con los esfuerzos por encajar en esta nueva sociedad, con un orden administrativo muy complicado, aunque de vez en cuando se hablaba de vino y de buena comida. Nosotras, de la escuela de los niños, de nuestras familias que dejamos en casa, de nuestras preocupaciones, de la ciudad....
Como conclusión, lo pasamos genial! salí muy contenta de haber encontrado a este círculo de amistades que me aportan tanta diversidad de opiniones, de experiencias y vivencias1 Nos sentimos muy afortunados y especiales.
Ayer noche repetimos en nuestra casa, aunque en petít-comité con unos amigos sevillano-vascuences y continuamos hablando de política, de crisis, de sus expatriaciones y de nuestra tierra, de la suya y de política, alrededor de una buena tortilla de patatas y un bolo de chocolate casero... En un momento de la cena, nuestro amigo comentó
- porque el otro sábado en casa de "llamémosle pepito-fulanito" ,(el chileno), que bien lo pasamos!!
A lo que nosotras comentamos:
- Uy si! nosotras, en casa de "llamémosla pepita-fulanita, mujer de pepito-fulanito", (la chilena), también lo pasamos muy bien! ja ja ja ja!!
haciendo clara referencia a que, pese a haber estado en el mismo lugar, hombres y mujeres teníamos realidades distintas sobre ese mismo encuentro. No deja de ser curioso, pues, por lo menos desde la óptica social, digna de estudio, que ....bla bla bla
perdí el hilo de la narración! ja ja ja!!! tengo a la peque revolviendo en la cocina, al mayor con la psp a todo trapo, al mediano haciendo contorsiones extrañas en el suelo del comedor, y a la mediana yendo y viniendo con extrañas peticiones... donde estaba yo?? args!! tengo capacidad de abstracción pero con su límite... Es lo que pasa si se tiene el escritorio en un rincón del salón, para poder estar en varios lugares a la vez....Vaya! ahora canta Amaral en la cocina, a todo trapo! y la lavadora centrifuga furiosamente para devolverme a la realidad... dejémoslo… porque no se me da muy bien pasar el corrector bailando a ritmo de Carlos Baute… Como yo! Quien te alegra los días! Como yo! Pfpfpfp!
Debo ponerme las pilas, arrumar a casa y meterme en la ducha, si dentro de dos horas queremos salir "prontos" de casa...vaya...ahora la beba se está comiendo lo poco que queda de mis apuntes de francés...
Otro día más! Vale? Estaréis ahí?
Me alegra Judith, que estos momentos tan enriquecedores compensen los momentos duros que seguramente también deben haber.
ResponEliminaYa sabes que os admiro profundamente, la valentía de coger la familia y empezar de cero en la otra punta del mundo me hace sentir cierta envidia, la del que sabe que no será nunca capaz.
No dejes de escribir el blog, entre lavadoras y cumpleaños, es parte de la aventura.
Un abrazo y beijinhos, Anahi